Mi fin de semana fue de ivernación. Viendo tele como enajenado. Me eché toda la primera temporada de OZ y no fui a las fiestas que tenía que ir.
¿Porqué no fui? Porque no me gusta TENER QUE.
Había quedado con la Lila de irnos a La Botana y luego pasar a la reunión de la Sagrario. Estaba tan a gusto en cama, comiendo y viendo televisión que mi reacción automática fue apagar mi teléfono y seguir con mi dinámica obesa.
No me arrepiento, me apena haber quedado mal, pero eso de hacer las cosas más por compromiso que por ganas me da urticaria, o arcadas para citar a Barro.
No estaba de mal humor ni deprimido, pero no tenía ganas de convivir con gente y en esos momentos la televisión es más comprensiva aún con su mala programación.
Volví a ver el final de "Dancer in the dark", donde matan a Bambijork antes de terminar de cantar su canción.
Recuerdo la vez que la fui a ver en su estreno en San Diego. Iba con mi amgia Ietza, la doctora queer. Me acuerdo que no nos queríamos voltear a ver porque a pesar de que todos lloraban como deportados, nosotros no queríamos evidenciar nuestra sensiblería.
Saliendo del cine nos fuimos a la warehouse y me compré el soundtrack que resultó un ligero fiasco.
Para acabarla, saliendo del cine me di cuenta que traía puesta mi camiseta con la portada de Debut (en Tijuana todo mundo me preguntaba si era Michael Jackson el de la foto). ¿Así o más fan-freak? Película-camiseta-cd. Chale. I'm guilty!
Obviamente la Ietza se rió de mi hasta que se cansó y no la culpo.
Para completar el cuadro surrealista, nos encontramos al ex con un noviecito bastante cute y me porté a la altura de cualquier personaje retorcido de Bergman o más bien como la copia de Woody Allen.
Traté al ex y al fulanito con una naturalidad que ya la quisiera Liv Ullman.
Todo el camino de regreso con el estómago hecho nudo, pero platicando con fulanito como si fueramos amigos de toda la vida, con la mirada de no doy crédito del ex.
Me sentí tan orgulloso de mi ese día que la Ietza me dice:
-¡Qué fuertes eres! Yo estaría en un llanto.
Yo le dije:
-Con bambi y Selma me quedé sin lágrimas para el día de hoy. Además ya casi llego a la edad de ser una actriz de carácter.
Soltamos la risa.
De Oz me gustó sobre todo el capítulo donde restauran la pena de muerte y el negrito suculento del video Like a Prayer de Madonna es el suertudo que reinaugura tan reprochable medida. No sabía que fuera tan buen actor.
También lo vi en una película que se llama "7 mujeres", que aunque sale Oprah Winfrey y tiene un ligero tufo activista, me gustó bastante.
Ayer regresó el Alberto de Tucson con una sonrisa de cogí muy rico y con el mal gusto de presumirme su crossover al ritmo interminable de Paulina Rubio. Si de eso se trata la felicidad, prefiero su etapa Fangoria, depresivamente frívola.
Tengo resaca.
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