jueves, abril 07, 2005

Amnesia

Usted me cuenta que nosotros doooos...
fuimos amanteees...

José Pepe

Eventualmente, cuando pasas la barrera de los treintas, tienes que hablar de la edad.
Cuando tu memoria se divide por bloques y -¡horror en el hipermercado!- empiezas a acomodar tus recuerdos en décadas es el principio del fin de tu juventud.
Ni pa donde hacerse.
Dicen que la edad de Cristo es la más crítica, pero yo no me encuentro en la disyuntiva de si full frontal o taparrabo para el numerito del sacrificio por aquellos que no se lo merecen, tengan o no cinrcuncisión.
He descubierto una estrategia que me ha llegado sin buscarla demasiado: La amnesia, que no es lo mismo que la magnesia pero es igual.
Ahora, en cualquier plática que saquen a relucir las brechas generacionales yo voy a poner cara de what? cuando mencionen a Remi, Candy-Candy, Los duques de Hazzard, los Angeles de Charlie (para mi no ha habido otras que la Díaz, la Barrymore y la Liu), La Wonder Woman (será JLo. una amazona con chaparreras?), Starcky & Hutch, Los ricos también lloran, Rina (sorry, eres mi favorita pero te tengo que borrar de mi memoria, jorobadita mía) y un laaaargo etcétera que incluye el new wave y un resto de sucedáneos ochenteros que si conoceré será por alguna referencia actualizada, algun remake o revival, tan recurrentes.
Aquellos personajes que no hayan sobrevivido a la fiebre ochentera (léase sobredosis o sida) salen en este momento de mi repertorio de influencias o se quedan guardados en el baúl con llave de mi memoria selectiva.
Como en los ochentas era una cosa mustia y célibe -aparte de teenager>-, no hay nada (bueno, casi nada pues) de universo erótico por enterrar. Mis experiencias noventeras todavía las puedo conservar mientras no suenen demasiado retro (léase tríos y demás fórmulas demodé).
Desde ahora soy una página en blanco y como lo que se lleva es de nuevo (sic!) la monogamia, tendré que ajustar mi estilo de vida a esa reelaboración perversa de administración del deseo.
Y no es que uno quiera ser forever young, porque -aunque uno lo intentara- el bothox, los lifting, las lipo, el yoga y la búsqueda espiritual son sólo los síntomas más snobs y evidentes de vejez prematura.
La juventud está sobrevalorada. Lo sé.
Pero es la moneda de cambio y la única etapa de la vida en que te puedes permitir el lujo de ser estúpido impunemente.
Si eres joven y no eres un poquito estúpido estás renegando de un momento primigenio, un regalo que se desvanece como pompa de jabón.
Y no se den por aludidos, muchachos.
Si tienen más de 25 ya no tienen el pase gratis a la pendejez, ya tienen que pagar peaje.
No se confundan y quieran extender la adolescencia a los 27 o 28, como muchos que conozco.
Grow Up!...but enjoy.

Ya me urge mi clase de yoga o tai-chi.
Oooooooooumm!!!

3 comentarios:

Miguel dijo...

Ah!

Por fin algo con lo que me identifico grandemente.

"Juventud, divino tesoro..."

Lo mas interesante aqui en los EEUU es ver cuantos usan "boy," "boi," "kid," o cualquier alternativa en su nickname mucho despues de los 30. Siempre he pensado que pasando los 23 or so uno ya no es niño.

Y si, como yo, se perdieron su niñez con alguna mujer, eso no les da el derecho de re-empezar el reloj--o tal vez si... en ese caso, tego 10 años, mas o menos.

Me parece perfecto!

;-)

Manuel dijo...

Pues somos más o menos de la misma edad, Miguel.
Eso nos coloca en qué etapa freudiana, mi mala memoria me traiciona:
pasamos ya la oral?
estaremos en la anal o en la genital?
¿Le pueden preguntar a Mr. Freud si es saludable estar pasando por las tres etapas al mismo tiempo?

Anónimo dijo...

Tu texto me recuerda a mi hermano de 30 años, quien anda pegando su chicle con una morrita. Al don Juan le gustó pa decirle que le recordaba a la Rosa Salvaje y la otra se quedó con cara de question. Oh, la juventuuuu