lunes, abril 04, 2005

Flush

Filosofía de baño

En las mañanas, cuando mi metabolismo despierta de su descanso nocturno y paso por el trámite religioso de cagar a las 7:10 de la mañana, se me ocurre voltear antes de bajarle a la palanca de desagüe.
En ese inoportuno momento me pregunto a dónde irá toda esa mierda. Me imagino ese agujero al fondo del inodoro como un túnel larguísimo que va a dar a otro planeta.
Un planeta que alimentamos de nuestros desechos y que depende de nosotros para sobrevivir, una extensión de nuestra realidad, un universo paralelo donde decir pinche mundo de mierda no significa lo mismo que decirlo aquí y equivale al ritual protestante de dar gracias antes de comer.
Me imagino un mundo soñado por H.G. Wells y tengo la tentación de asomarme a esa oscura ventada para encontrar que al mismo tiempo, al otro lado alguien me ve que lo veo.
Imagino que veo mi reflejo en el ojo de alguien más...
¿Mi otro yo?

Ahora cada vez que voy al baño me siento como una vaca siendo ordeñada, como el engrane número "n" de un mecanismo viscoso y laberíntico.
También me pregunto si mi sensación sería la misma si sufriera de extreñimiento. Es esa condición una señal de rebeldía o de tacañería.
Mientras tanto, ya se me hizo tarde...again!

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