jueves, mayo 26, 2005

Desde el baño

I’m not a perfeet peeersoooon.....

No. Nadie es ferpecto, ni yo: eso me gritaba un pseudoroquerillo con acné por los pasillos del walmart, entre la sección de salchichas y la de blancos, pasando por la de artículos de limpieza e higiene personal a los que me he vuelto adicto. Los quiutips son mi adoración y los jabones para baño líquidos con scrub se han vuelto mi adictiva caricia mañanera. El baño es el mejor refugio.
Antes no acostumbraba leer ahí, por ejemplo. Pensaba que era si acaso para leer algún tvynovelas pero siempre me pasa que cuando hojeo esas revistas en la fila para pagar me dan unas náuseas y por más que quiero soltarla se me pega como si estuviera hecha de chicles o algo así y ahí me tienen enterándome de la vida de Maribel Guardia y su cuerpazo, o que si Joan Sebastian esto o su hijo y la Ninel lo otro, que si Anahí se puso la prótesis dental de un pony o Yuri ahora hace exorcismos o la D’alessio tiene la meno (más bien ha de tener 20 años con ella, pero bueh...), que si fulanita se puso tetas como si no estuviera en su derecho de ponerse tres si le da la gana, que si la Martita en jeans habla en diminutivos lo bonito que es casi todo, sobre todo si resulta candidata, etcétera.
Tal vez mi problema con esas lecturas es que las empiezo del final y termino en el principio, por eso me mareo y a punto estoy de caerme en un charco de danóp que tiró un engendrito amarrado al carrito de enfrente.
Ahora lo que hago por puro sentimiento de culpa es leer sólo premios Nobel en el baño, pero le he estado sacando la vuelta a García Márquez y me puse la meta de echarme todo lo que tengo del húngaro ése de nombre impronunciable, sobreviviente de Auschwitz y del comunismo. Como comprenderán el tipo es monotemático y con cero sentido del humor, lo cual se entiende tomando en cuenta su vida que espero haya cambiado con el recibimiento del premio y se haya ido a un crucero por el Caribe y no a visitar el museo del holocausto, porque eso sí que sería tener un sentido del humor muy negro. Tan negro como el hecho que su literatura se lleva muy bien con mis esfínteres y defeco como si mis intenstinos estuvieran de fiesta cuando lo leo.
Veremos como se llevan el grueso y el delgado con la Jenileck y -por supuesto- me voy a comprar un kit de mascarillas hidratantes para leerla como es debido, porque supongo que ha de ser un poquito ácida, a juzgar por lo que he leído de ella y eso es algo que a mi humor le viene muy bien, pero a mi cutis no creo que tanto. Si en una de esas es demasiado para mis nervios tanta tortuosidad femenina, tengo a la mano el teléfono de la Juani para llamarla en calidad de uuuurgente a hacerme un extreme-facial-emergency a domicilio.

2 comentarios:

Mercedes dijo...

Sabes Manuel, este dia no voy a decir idioteces, solo escribire que aunque no te conozco mucho, te quiero.
Cuidate y sigue cuidando tu piel, ya probaste el gel- ducha de algas marinas ???

Manuel dijo...

No que no ibas a decir...bueno, yo también le quiero, Ara, cuídese usté también y dígame dónde sonsigo ese gel con nalgas marinas.