sábado, diciembre 26, 2009

Teléfilo

Al parecer no hay balazos ni granadas que detengan el espíritu navideño. Una ciudad en estado de sitio donde sus ciudadanos hacen como que se asombran al tropezar con un cadáver para luego seguir con el frenesí consumista agradecidos de tener más cuerpos y anécdotas que contar en la sobremesa, antes de abrir los regalos bajo el arbol de navidad.

Y habrá una madre que se tire de los pelos al saber a su retoño en la calle, ignorando seguramente que lo que el chamaco compra es otra clase de dulces y que la guerra que se libra allá afuera es justo para asegurar que ese comercio siga pujante, que la diversión llegue a su destino sin importar lo que se atraviese, aún si se trata de sistema podrido en busca de una redención eternamente anunciada que se niega a reconocerse en el espejo como el enemigo real.

No es gratuito que las granadas caigan en juzgados y comisarías ni que alguien tome de rehén a un Walmart entero con todo y amas de casa desesperadas dentro, agarrandóse el pecho con sus uñas decoradas y ansiosas por haber dejaron el horno encendido. La realidad tiene la mala costumbre de atravesársele a la gente envuelta de absurda imitación de la televisión. Y yo, la neta-la neta, prefiero la tele.

martes, diciembre 22, 2009

Christmas Card

by Etgar Keret

There was this guy who could walk on water. Not that that's such a big deal. Lots of people can walk on water. They usually don't know that because they don't try. They don't try because they don't believe they can do it. In any case, that guy believed, and tried and did it. And that's when the whole mess began.

That guy had an apostle who was very close to him and sold him out. Not that that's such a special thing either. Lots of people are sold out by someone very close to them. If they weren't very close, then it wouldn't really be considered being sold out, would it. Then the Romans came and crucified the guy. Which, also, isn't very unique. The Romans crucified a lot of people. And not just the Romans. Lots of other nations crucified and killed lots of people. All kinds of people. Ones who performed miracles and even ones who didn't. But that guy, three days after they crucified him, was resurrected. And by the way, even that resurrection thing didn't happen here for the first time, or even the last, for that matter. But that guy, people say, that guy died for our sins. A lot of people die for our sins: greed, jealousy, pride, or other, less well-known sins that haven't been around for such a long time. People die like flies because of our sins and no one bothers to even write a Wikipedia entry about them. But they wrote one about that guy. And not just any old entry, but a really big one with lots of pictures and blue-colored links. Not that a Wikipedia entry is such a big thing. There are dogs that have Wikipedia entries about them. Like Lassie. And there are diseases that have entries there, like scarlet fever and multiple sclerosis. But that guy, they say, unlike multiple sclerosis and Lassie, achieved what he achieved through the power of love. Which is something we've also heard before. After all, there were those four English guys with the hair and the beards too, just like him, except that they were a little less famous, and they sang many songs about love. Two of them are already dead, just like him. And they, by the way, have a Wikipedia entry too. But that guy, there was something special about him. He was the son of God. Except that, actually, all of us are God's children, right? We were born in his image. So what the hell was it about that guy that turned him into such a big deal? Such a big deal that so many people throughout history were saved or killed in his name?

Anyhow, every year, around the end of December, half the world celebrates his birthday. In many places, it snows on his birthday and everyone's happy. But even in places where it doesn't snow, people are happy on that day. And all because of what? Because a skinny guy who was born more than two thousand years ago asked us all to live lives of love and morality and was killed because of it. And if that's the happiest thing this weird race has to celebrate, then it deserves a Wikipedia entry too. And actually it's got one. Go to the nearest computer now. Type in "humanity" and you'll get the entry. Short. Very short. Not a lot of pictures. But even so. One whole entry on a fascinating and slightly baffling race. A race that could have walked on water and never tried. A race that could have killed all those who believe the world can be a better place and in most cases, made sure to do just that. So merry Christmas to you too.

Please feel free to reproduce.

Translated by Sondra Silverston

Etgar Keret can be found at www.etgarkeret.com.

Electric Literature can be found at www.electricliterature.com

Mi humilde y flawed traducción


Tarjeta de Navidad

por Etgar Keret

Había una vez un tipo que podía caminar sobre el agua. No que eso fuera gran cosa. Mucha gente puede caminar sobre el agua aunque no lo sepa porque nunca lo ha intentado. Y nunca lo han intentado porque no creen ser capaces. De cualquier forma, él creyó, trató y lo hizo. Y ahí fue donde comenzó todo el desastre.

Ese tipo tenía un apóstol que era muy cercano a él y que lo traicionó. No que eso sea algo raro tampoco. Mucha gente es traicionada por alguien cercano a ellos. Si no fuesen cercanos, entonces no sería considerada traición, ¿verdad? Luego llegaron los Romanos y lo crucificaron. Lo cual tampoco es raro. Los Romanos crucificaron a mucha gente. Y no solo ellos. Muchas otras naciones crucificaron y mataron a mucha gente. Toda clase de gente. A quienes hacían milagros y hasta a quienes no. Pero este tipo, tres días después de crucificado, resucitó. Y ni eso de la resurrección -por cierto- era la primera vez que pasaba, ni siquiera la última si a esas vamos. Pero según la gente, él murió por nuestros pecados. Mucha gente muere por nuestros pecados: avaricia, envidia, orgullo o algún otro pecado menos conocido que no ha existido por mucho tiempo. Cae gente como moscas a causa de nuestros pecados y nadie se molesta siquiera en escribir una nota en Wikipedia por ellos. Pero escribieron una acerca de ese tipo. Y no sólo una vieja nota sino una enorme con muchas imágenes e hipervínculos azules. No que una nota en Wikipedia sea tampoco gran cosa. Hay hasta perros que tienen notas en Wikipedia. Como Lassie. Y hay enfermedades que tienen notas ahí, como la fiebre escarlata y la esclerosis múltiple. Pero él -dicen- a diferencia de la esclerosis y Lassie, logró lo que logró con el poder del amor. Lo cual es algo que también hemos escuchado antes. Después de todo, existieron esos cuatro tipos ingleses con el pelo largo y las barbas, justo como él, salvo que ellos fueron un poco menos famosos y cantaron muchas canciones acerca del amor. Dos de ellos están ya muertos, como él. Y ellos, por cierto, también tienen una nota en Wikipedia. Pero aquel tipo tenía algo especial. Era hijo de Dios. Excepto que -de hecho- todos somos hijos de dios, ¿no? Fuimos creados a su imagen y semejanza. Entonces ¿qué demonios convirtió a ese tipo en la gran cosa? Tanto que mucha gente a través de la historia fue salvada o asesinada en su nombre.

De cualquier manera, cada año, al final de Diciembre, la mitad del mundo celebra su cumpleaños. En muchos lugares nieva ese día y todos se ponen felices. Pero incluso en los lugares que no nieva, la gente es feliz ese día. Y todo ¿por qué? Porque un tipo flacucho que nació hace más de dos mil años nos pidió a todos vivir de acuerdo al amor y la moral y fue asesinado por eso. Y si eso es el suceso más dichoso que esta raza extraña tiene para celebrar, merece una nota en Wikipedia también. De hecho, tiene una: ve a la computadora más cercana, teclea “humanidad” y llegarás a la nota. Corta… muy corta. Sin muchas imágenes. Pero aún así. Una sola entrada para una fascinante y ligeramente desconcertante especie. Una especie que pudo caminar sobre el agua y nunca lo intentó. Una especie que pudo haber matado a todo aquel que creyó que el mundo podía ser un lugar mejor y la mayoría de las veces se aseguró de hacerlo. Así que Feliz Navidad a ti también.

sábado, diciembre 12, 2009

Sabbath...

I finally said it: El 2009 fue infernal, me urge que termine para ver si acaba conmigo o yo con él. Es mi mayor propósito para fin de año, tragarme 12 ribotril en lugar de uvas y despertar en la mañana con el hocico lleno de arena –si sigo vivo- o volando –si no- por encima de este país de mierda preparando un desahogo intestinal que será mi legado al mundo de los vivos. Si pudiera elegir los objetivos sería mucho mejor, pero como nos creemos aún una democracia representativa pues there you have: my opinion in a simbolic last crap. ¡Cómete ésta Lance Armstrong!


Pues siguiendo con las anal-ogías nunca me había sentido tan crappy como en este año que se va. Y la verdad creo que cualquier ciudadano conciente coincidiría conmigo en ese sentimiento tan poco popular pero tan sigilosamente expandido a lo largo de nuestra geografía. Tampoco es de extrañar ese comentario si has pasado por este blog más de una vez, pero la verdad todo esto ha sido un desafío a mi temple y mi apego por la estética, elementos indivisibles en mi estilo de vida. Y hay que reconocerlo, quien no es pesimista en estos tiempos es un irresponsable que debería hacerse panista, pejista o sus sucedáneos.


Y no me refiero sólo a la depresión de los mercados bursátiles internacionales y a los índices históricos de desempleo (otra estadística internacional a la que me uno) sino a la necia cruzada que nuestro presidente insiste en perpetuar contra quienes mantienen a flote nuestra triste y maquiavélica economía. Quien no haya entendido que el narcotráfico no es el enemigo, de plano que se regrese a estudiar turismo. Y quien piense que porque no esnifa una raya no contribuye al enriquecimiento de los giros negros espero les hayan alcanzado las rodillas para pedirle perdón a la Guadalupana, precursora del mulismo mistico kitsch. C’mon, esa virgencita fue nuestro primer Malverde!


Yo no sé que vaya a ser de este país, que quiere identificar a sus ciudadanos con la más alta tecnología cuando la mitad está malnutrida y en el hoyo. Si lo que quieren saber es el nombre de pila de los capos del narco, escuchen los corridos ¡por el amor de Freud! La neta para tanta superficialidad deberíamos postular para presidenta a Lolita Ayala o Lucerito. Al menos habría un poco de congruencia (anti)estética.


Ya no sé si contarles que al menos este año descubrí mi sazón como cocinero porque no soy de los que dan dos cachetadas y una caricia. O una cosa o la otra, el equilibrio dejémoslo al Cirque de Soleil que ya sabrán ellos qué hacer con él. Voy por mis pastas…

miércoles, noviembre 25, 2009

Juegos de manos

Mientras nuestro cándido presidente señala en televisión nacional que el país se nos puede -kimosabi- ir de las manos, un pasajero del transporte público de Neza balea a tres asaltantes que tuvieron la mala suerte de atravesársele en su ruta. Cálculo poco probable para tres tristes tigres envalentonados por el rush efímero del cristal, dispuestos a dejar sin quincena a sus probables vecinos con tal de no dejar llegar el bajón. Ambas actitudes sintomáticas del hartazgo inminente de una sociedad acorralada como la nuestra, símbolos de esa bomba de tiempo que se hace cada vez más grande y amenazante en nuestro país: La Sra. Impunidad (a punto de despertar a una comatosa Indolencia).
Seguro para el Sr. Presidente esto nada tiene que ver con el incidente en la inmortalizada estación del Metro Balderas hace algunos meses, ni con la tasa de desempleo o la oportuna ola especulativa de grandes y medianas empresas buscando sacar petróleo de la necesidad ajena. No. Para el, la mitad de su gestión es un heroico ejemplo de cómo sortear las impredecibles crisis económicas, políticas y sanitarias tan solo desinfectándose las manos. Lavárselas es tan 2008! Una sola-solución para tres grandes lastres nacionales. De aquí al premio Nobel, mi Gelipito… Obama será tan 2009!

Otra gran tarea para las manos este fin de año será su participación invaluable en la promoción de la abstinencia sexual (la electoral es tan 2006!), vía la chupadora franquicia que no chupa Twilight/New Moon/Eclipse, cuya mas reciente entrega -Luna Nueva- no tuvo empacho en sobre-explotar los atributos físicos de un actor de 17 años y harta testosterona, para deleite de adolescentes calenturientas y todo el que se quiera agregar (entre ellos su servidor, que no le hace a la pederastia). Yo no tuve más remedio que tomármelo todo como una comedia erótica renuente a serlo, y supongo que la niña que estaba a mi lado con sus papás opinaba lo mismo, pero ella lo expresaba con flatulencias más que con carcajadas. Yo apoyo la libertad de expresión: cada quien tiene derecho a bostezar con la parte de su cuerpo que le plazca… Ought a Girl!
Eso sí, la película tiene un gran mérito aparte de su republicana hipocresía: no es cualquier cosa hacer un ladrillote de un mito tan atractivo como es el vampirismo. Gracias a Dior tenemos a Allan Ball y su True Blood, que no deja de ser kitsch, pero al menos tiene harto sexo y sangre a borbotones, lo mínimo que un fan del género exigiría.

miércoles, noviembre 18, 2009

Zzzzzorry

Cada vez que alguien a quien admiro me defrauda empiezo a cuestionar más mi juicio que el rumbo creativo del susodicho (aunque luego tomo el rumbo original, claro). Y no es la primera vez que me pasa con Almodóvar, un director con una filmografía que evaluada en conjunto me ha proporcionado más placer que rechazo, pero que así como es capaz de hacerme carcajear y conmoverme, también puede ponerme los pelos de punta al reconocer sus trucos, manías y en general las costuras y remiendos narrativos que conforman su obra. Porque Pedrito es más un narrador que cineasta, aunque siendo más precisos se trata de un esteta cuya materia prima principal son los sentimientos: y eso significa que trabaja con los mismos elementos que el folletín (que luego mutaría en telenovela), pero jugando a trastocar roles y colocando a sus personajes en límites emocionales y vericuetos morales donde siempre termina evidenciando -y hasta reivindicando- lo contradictorio del comportamiento humano. Hasta aquí vamos bien (or so I think): No tengo nada en contra de que romantice el delito como en la operática Matador o en la trágica La Ley del Deseo, ni que banalice el abuso sexual en Pepi, Lucy, Bom y otras chicas del montón o Kika, por el contrario creo que sus mayores aciertos en sus mejores películas han sido exacerbar los elementos como un cocinero que abusa de la pimienta. Como en Mujeres al borde de un ataque de nervios, Átame o Todo sobre mi madre. Pero no se si tenga que ver con la idea que Almodóvar mismo tiene de "madurez artística" o simplemente porque aquella persona chispeante y rompedora no existe más y solo queda un cincuentón indigestado de halagos, enamorado de las formas y estilos del pasado, pero con muy poca sustancia emocional y mucha zalamería narrativa.

Podríamos especular con que Los abrazos rotos maneja un tema que le elude particularmente o que ha intentado deshojarlo -sin tino- de toda obviedad para favorecer a la forma, como pasó -con apenas mejor fortuna- en La mala educación, pero es una pena para quienes esperábamos algo a la altura de la menos ambiciosa pero mucho más congruente Volver, con una Penélope Cruz a años luz de esta Lena nacota y desabrida (una especie de Lucia Mendez ibérica, aunque sin la bis cómica involuntaria) con la que cuesta trabajo sentir empatía o siquiera interés. Lo mismo va para el personaje que encarna Luis Homar, un guionista ciego buscando venganza sin perder su cachondez, una especie de alter ego sublimado cuyo rictus trágico y espíritu decadente lo hace tan antipático como al director obsesionado con su niñez en La mala educación o aquel acosado por un Antonio Banderas en plan fan-fatal.

De las formas ya sabemos, encuadres imposibles, ambientación un poco menos chillante a la acostumbrada, con detallismos inútiles, énfasis como vibrato de Alejandro Sanz creyendose cantaor (aunque en realidad nadie canta o hace playback esta vez, como si ese fuese su unico elemento kitsch) y lo peor, una Blanca Portillo creyéndose Meryl Streep con paño…
Podría seguir, pero la neta -la neta- me da harta flojera.

martes, noviembre 03, 2009

Inglorious Bastard

Siempre que enfrento situaciones por las que se asoma la violencia prefiero jugar la carta de la ecuanimidad. No hace mucho me topé con una tipa que me caga y que pasó empujando por donde estaba yo pisteando con mis amigos y la detuve sólo para decirle lo insoportable y cansona que era. Como la mujer puso cara de querer oír más le dije que era horrenda y muy vieja para jugar a la roquerita que todos quieren. Para no defraudar mis expectativas -cuando su precaria situación se lo permitió- la susodicha se me puso al brinco como si en este mundo todos fuéramos iguales y estuve a punto de acomodarle el peinado pero me ganó lo cool y sus amiguetes se la llevaron despotricando y buscando candidatos a partirme la cara (que tampoco es difícil encontrar). El episodio no pasó de ahí, pero de que tenía ganas de pegarle no hay duda, aunque no hubiera razón suficiente aparte de su pésimo gusto y su ruidosa personalidad muy parecida al sonido del motor de un carro tijuaneado a eso de las seis de la mañana después de una noche de farra (q.e.p.d. la Fawcett).

Pero enfrentarse de cara a la violencia en una ciudad como ésta, en pleno transporte público y a hora pico es harina de otro costal. Yo podré ser muy osado (al menos de lengua) pero al DF y las vías del metro y sus habitantes yo los respeto tanto como a mujer despechada con puñal en mano. Pero resulta que el respeto no siempre es recíproco y ahí es donde toca sacar el entrenamiento callejero que alguien de mis ínfulas debe tener: cuando alguien te detiene antes de subir la escalera y no te suelta a pesar de las tres advertencias de rigor no queda más que aplicar la de tirar el expresso-americano aún caliente que sostiene la mano derecha y lanzar el puñetazo mas épico del que seas capaz, esperar solo el tiempo suficiente para ver hasta donde fue a dar el susodicho y calcular que no se levante inmediatamente y te lo devuelva. Después toca acomodarte chaqueta y boina (el estilo morirá con uno) y seguir tu camino mirando siempre por el rabillo del ojo por si vienen tras de ti por la revancha o por un autógrafo, el cual hay que negar siempre con una sonrisa, porque nunca sabes de donde va a salir una cámara en Youtubeland.

Ahora que me duelen los huesos de la mano y los músculos del brazo pienso que hubiera disfrutado mucho más darle ese jodazo a aquella insoportable monserga hermosillense que a ese pobre vagabundo que tuvo la mala idea, en su cruda de cemento o lo que sea que este inn en la homelessness, de copar mi límite de tolerancia un viernes por la tarde, en hora pico y después de ver Inglorious Basterds!

domingo, octubre 25, 2009

Silence can be a headline

Se le ve salir a un patio enorme, levantar los brazos y el dedo medio hacia el lugar enrejado donde ha pasado los últimos años de su vida. Intenta explicar su sensación y a las palabras se le atraviesan una sonrisa molacha y amarillenta de fumador empedernido, pero también esa ternura infantil que no pueden ocultar los delincuentes: rehabilitados o no, todos llevan a flor de piel ese niño cansado de escuchar no's. Al llegar a la estación de autobuses recorre los pasillos de la tienda viendo la variedad de productos y escoge un fourpack de Redbull, un golpe de cafeína puede ser el mejor placebo para enfrentar lo desconocible y reconocido.

Me enternece. Ahora encuentro muchas más cosas que me enternecen frente al televisor que fuera de él, pero eso es matemática pura: estos meses he pasado mucho más tiempo viendo televisión que en cualquier otra época de mi vida. Y trato de convencerme que no es tan malo pero en el proceso empiezo a sentir una especie de vértigo, casi el mismo que me da al leer TvyNovelas en la fila del supermercado y que he llegado a sentir pisando la línea amarilla de algún andén del metro.

Y resulta todo un cliché pensar en esta ciudad como en una prisión, pero resulta que la verdadera prisión es justo el lugar común. Y es tan difícil huir de eso que a veces me palpo el cráneo buscando el chip y solo logro desprender la caspa de entretiempo, que tan mal se lleva con mi guardarropa de invierno.

Y sí, esperaba la felicidad para postear de nuevo, pero esa empresa estaba tomando demasiado tiempo y mis dedos no discriminan estados de ánimo. Y dudo ser capaz de reconocerla si se me atraviesa por la calle, toca a mi puerta o me esposa a una celda fría y gris con vista panorámica a la nada.

miércoles, septiembre 30, 2009

Mañana

I should be happy about tomorrow.
Actually I'm going to be happy.
Tomorrow...

domingo, septiembre 20, 2009

True Blood

Hacia años que no me sentaba en una silla de estas. Es el mismo olor que me cimbra cada vez que entro a un lugar ultra escéptico como este. Todas las miradas me parecen sospechosas, las batas azules, la sonrisa condescendiente, la advertencia muda y la sentencia indolente en un verbo aun por conjugar.

-Contigo no se batalla, me dice la enfermera señalando la vena que salta vigorosa de mi antebrazo, como excitada de tan inesperada atención. Me muestra la jeringa nueva, el frasco con mi nombre e introduce la aguja después de un leve masaje con algodón húmedo que poco hace para minimizar el dolor por el pinchazo. Al ver el color casi negro de mi sangre pienso que algo así de oscuro no puede acarrear buenas noticias y resisto apenas el impulso de tomar el tubo y salir corriendo al fin del mundo, olvidarme de mi nombre y morir debajo de un puente, alguno donde se haya perdido una batalla y pueda yo acurrucarme en la huella de un cadáver que tuvo en vida algún propósito.

Al sacar la aguja, un hilo de sangre brota de mi vena y tengo que salir del laboratorio con el brazo hacia arriba y un curita redondo. Trato de ver parte de mi terror en la cara de mi hermano pero todo lo que obtengo es una invitación a por un jugo de naranja y una cita con el destino al siguiente día después de las 2 de la tarde. Por pura tradición contestataria y lógica de hospital pido una gelatina de colores para ironizar con el desahucio anunciado.

Me cuesta trabajo concentrarme el resto del día y casi me da igual el menú de mi restaurante favorito cuando llega la hora de la comida. Mi estómago me recuerda que lo tengo acostumbrado a un mejor trato y pido fettuccini con camarones con la resignación de un preso en la Green Mile.

Al día siguiente tengo mi vuelo de regreso y a la hora de recoger los resultados de mis análisis me encuentro frente a un hombre que nunca había visto en mi vida, que me desabrocha con prisa el pantalón mientras mete su lengua en mi boca como buscando respuestas adheridas a mi paladar y yo, como escindido de mi cuerpo, alcanzo a ver como minutos después una ráfaga de semen sigue a la otra para encontrarse en el piso al tiempo que nuestros cuerpos se alejan.

De regreso a casa me tropiezo con varias miradas invitantes y decido seguir mi camino a la mesa donde me espera un sobre que me dice que mi vida empieza ahora, que mi número de serie es tal y que todo será peor a como alguna vez lo imaginé... El resultado no me sorprende tanto como la sensación de vacío al ver desinflarse el drama-zeppelín sin poder asirlo de ninguna forma mientras me pregunto: ¿y ahora qué?

Río, pero no sé si llamarlo felicidad.

miércoles, septiembre 09, 2009

Arrugas

Mi madre alista mi platillo favorito antes de regresarse y se pone a limpiar como siempre que anda de malas. Asado (una especie de estofado en seco) con ensalada. La veo limpiar la estufa y tropezar con cualquier traste, no me extrañaría que destrozara media vajilla. De haber sabido que iba amanecer cruda no voy a comprarle el six anoche, pero a una señora con 75 años, que se ha pasado la mitad de su vida pariendo y otro tanto viendo como mantener a sus hijos como que negarle un pequeño gusto, tan satanizado por mis hermanas, me parece casi criminal. Hay quienes podrían llamarlo alcoholismo y a mi me seguiría dando igual porque para mi, una mujer que ha pasado por lo que mi madre tendría que haberse ganado derecho de peaje para casi todo.

Y no, mi madre no tuvo nunca vocación de mártir, no se me confundan, pero eso no significa que no haya padecido lo que muchas mujeres de su generación. Me cuenta que fue bautizada clandestinamente en plena resaca cristera, que mi abuelo a quien quería para mujer no era mi abuela sino a una de sus hermanas, pero se la negaron (con lo que me carcajeo yo de la Esquivel y su “Como agua para Chocolate”) y literalmente le tocó bailar con la mas fea, a la cual traía de andariega, maltratada, mal alimentada, golpeada y embarazada en ese orden. Ella vio las golpizas que le daban hasta que un día mi tío (el único varón) fue lo suficientemente grande para detener al abuelo en una escena que hubiera sido la delicia de Shakespeare o ya de perdida del Indio Fernández.

La idea de que ese machismo romantizado en las películas de mediados del siglo pasado correspondiera tanto a la realidad mexicana no hace sino erizarme la piel. Saber que nuestro presente este tan ligado a tantas atrocidades y que uno de por sentadas tantas cosas que apenas unas cuantas generaciones atrás eran impensables me sorprende tanto como la fortaleza y la actitud de mi madre, que así como esconde una historia terrible en cada arruga también ha sabido poner las cosas a su favor. Algo habrá que aprenderle (tachemos drinking and cursing).

domingo, septiembre 06, 2009

Ginger

Mucho calor, muchos reencuentros y desencuentros. Algunos kilos demás gracias a la visita de mi madre, muchas alegrías y algunas grandes tristezas compartidas, pues la vida te da y te quita no siempre a partes iguales, pero al prepararme mentalmente para mi regreso tengo la misma sensación de siempre cuando dejo este lugar: que algo mío se queda siempre aquí, que soy como una galleta de jengibre derramando zurrapas por los lugares que anda.

jueves, agosto 27, 2009

Infulas

Tómat'ésta, Manú Chao,
Welcome to La Verga...
Yo soy de esos personajes que si alguien intentara ficcionar sobre mi se toparía con pared por mi manía de sacarle la vuelta a todo. Y eso no me hace necesariamente un personaje interesante, at all. Creo que lo más interesante que podría sucederle a alguien como yo (y por lo tanto a mi biógrafo) es encontrar algo a que comprometerse, ya sea un animal, una planta, una secta o hasta una persona que no sea símismo. Soy tan descreído y arrogante que antes que un dios me pidiera creer en EL, le pediría la prueba de MI existencia y su fe en mi: me mi yo tu, así conjugo, con complejo de mi-mamá-me-mima y salvador del buen gusto y la sintaxis correcta del mundo tan perdida como el eslabón evolutivo.

Tener ínfulas de esa magnitud tiene su precio, y no estoy hablando yo de detractores o complejos de culpa mesiánicos sino de atravesarse entre karmas de densidades casi metálicas, como el de esta ciudad cada vez más afeada pero tan negada a los acicalamientos inútiles como a los elogios hipócritas. Desdentada y amnésica al tiempo que clavada en un pasado donde no es que fuera bonita sino que nadie se atrevía a decirle fea de tan popular que era en la tropa mi Adelita: no fuera a ser que cerrara las piernas abiertas que siempre ha tenido al turismo nacional y extranjero, o le negara un privadito tanto al soldado raso como al alcalde en turno o un meneo de tetas en la nariz a la trailera escupe-dólares o el guiño de ojo a la jotita trasnochada ofreciéndole algún peroxido de importación clandestina, como si a la Tía Juana le hiciera falta ser rubia pa’divertirse.

Esa cara de adicta sin remedio a la meta anfetamina ya se la había visto yo antes de irme. Y cada vez que la visitaba trataba de fijarme en su fleco acicalado y en su actitud ocultando el rengueo. Pasaba por alto las ojeras y pensaba que eso y los pómulos marcados eran culpa de una mala iluminación pues after all lo más cercano a la Dietrich que conoce esta ciudad es Angélica Chaín, que al menos tuvo la suerte que el sector empresarial la sacara de trabajar (en caso que doméstica de lujo sea algo aspiracional ). Pero cuando el cutis empezó a resquebrajársele y su dentadura a desaparecer como piano de la II Guerra me dije a mi mismo que era tiempo de decirle:

–¡Morra, túmbate el rollo! Nunca fuiste bonita, pero al menos eras más interesante que un ladrón con pistola de juguete asaltando desempleados en un taxi colectivo (no traía tanto dinero pero casi pierdo las ganas de fiesta tenkiu very much!) o que un ñoro asoleado ofreciendo papelitos y robando focos de los patios de las casas. ¿Dónde quedó el tiempo en que eras el epicentro de lo cool, donde en tu nombre se daban tantas becas (muchas de ellas inmerecidas pero eso es irrelevante aunque cierto) y el mundo te veía hacia arriba? ¿Qué paso con aquella morra de edad indefinida, sazona, de ceja bien delineada al hablar español y bien arqueada al saltar al inglés con la facilidad de una intérprete de la ONU menos mustia, esa que se meneaba por el mundo entaconada, con un aire de grandeza tan heroico de tan injustificado? Yo no sé qué te pasa, pero te veo mal, demasiado perdida, como rindiéndote al acorralamiento y enamorándote del cliché. Tú que a todos decías que sí pero nunca cuando, que veías por encima del hombro tanto al gringo como al migrante, que distinguías la denominación de un billete por su olor. Ahora tienes todos los sentidos atrofiados por tanta chingadera que te metes y te meten, como mujer de un narco de poca monta resignada a ver como sus carnes se desparraman por el sillón mientras ves las telenovelas de Telemundo comiendo Cheetos Flaming Hot y embarrándolos en el respaldo nomás pa’star a tono con la decoración del SEMEFO. ¡Chale!

lunes, agosto 17, 2009

Zeus (2)

…y las olas me golpearon tan fuerte como el hecho de constatar que las personas que uno ha querido son susceptibles también de convertirse en dato estadístico, modelo para armar de la peor conducta auto-boicoteadora y muro de los lamentos particular. Y por más que uno trate de ser esa persona que ese alguien se ha imaginado, terminamos andando por un campo minado como ciego guiando al lazarillo esquizoide. Y cómo cuesta trabajo no juzgar ni condenar ni moralizar ni siquiera advertir que uno tiene una opinión aunque en realidad no entienda nada. Ser incondicional es la cosa más difícil e irresponsable que existe: cuando algo nos importa eventualmente habrá conflicto y tendremos que escoger entre ser cómplice, verdugo o partisano.

domingo, agosto 16, 2009

Zeus (I)

Aterrizaje sin contratiempos. No bajo sordo ni con dolor de cabeza como siempre, así que me tomo la libertad de interpretar eso como buen augurio. Mi vuelo llega antes de lo programado y tengo que esperar más de media hora a que vengan por mí. Observo la tímida ebullición de historias aeroportuarias y disfruto de una noche cálida con brisa marina mientras veo gente y coches ir y venir hasta que uno de ellos me reclama. Camino a casa noto la ausencia de cruces blancas en el bordo recién pintado y adivino algún enésimo intento sexenal de limpiar a manguerazos una historia de sangre. Nada ha cambiado aunque luzca igual.

En casa, las mujeres de la familia se preparan para visitar a mi hermano en Los Ángeles. No puedo evitar sentir el déjà vu ante el hacinamiento temporal, compartiendo cama con mi hermano y platicando hasta las tres de la mañana todo risas. De pronto somos otra vez dos niños susurrando bajo el bullicio femenino.

Los reencuentros comienzan con el amigo librero delante de una perdiz asada con arroz cantones y cerveza corona, siguen con la amiga escultora ante un café americano seguido de un par de cervezas en una de las minúsculas mesas del Dandy del Sur y terminan en la calle 4ta con el amigo editor-comerciante-actor ante una suculenta quesadilla con carne asada servida por un morenazo de acento ostentosamente norteño y sonrisa desarmante. Tanto como lo es bien ser bien recibido.

El comienzo del fin de semana me agarró visitando a mi tocayo para después ser semi-secuestrado por mi pasado amoroso arrastrándome a un Rosarito que no recordaba pero que disfruté como chilango en Acapulco pero sin bronceado de viene-viene. Primera vez durmiendo en una traila al resguardo de Zeus (el perro, no el dios griego) y con un vaso de vodka en las rocas en la mesita de noche. Primera vez en mucho tiempo que duermo a pierna entrelazada como para portada de cuaderno Scribe homofílico…

PS: Sorry Madonna, pero apenas me voy acordando de tu cumple. Eso te pasa por no tener cuenta en Facebook. Happy lo hayas tenido, Girrrrl!

miércoles, agosto 12, 2009

Timing

Leo esto mientras iniciamos el aterrizaje:

"Lo único que sé es que si uno ama una ciudad y pasea por ella lo suficiente, años después el cuerpo, y no sólo el espíritu, reconoce de tal manera sus calles que en un momento de amargura sazonado por la nieve que cae melancólicamente vuestras piernas son capaces de llevaros por sí solas a la cumbre de una colina querida". (pag. 22 de Me llamo Rojo, de O. Pamuk)

Estoy seguro que lo único que no me encontraré aquí será alguna calle nevada, lo demás segurito.

jueves, agosto 06, 2009

Sinuqué?

Aquellos que pregonan con sabiduría de bolsillo que la salud de uno refleja el estado de ánimo pueden tragarse sus palabras con agua mineralizada del Tíbet. Mi reciente resfriado convertido en crisis sinusítica tiene nombre y apellido: puede adjudicarse fácilmente a mis enfriadas (las cervezas y los cambios bruscos de temperatura), mis malpasadas que en realidad son bienpasadas pero de cosas poco nutricionales, mis desveladas voluntarias e involuntarias y mi necedad en vivir en una ciudad cuya calidad de aire deja tanto que desear como sus gobernantes, sus ciudadanos gelitizados y su miopía urbana (agruéguele a esto uno que otro cigarro).

Hoy la crisis se agudizó tanto que tuve que ir de farmacia en farmacia comparando precios de medicamentos hasta darme cuenta que las apariencias engañan. Los lugares que menos esperas te dan los mejores precios. Si, los mismos que te fuerzan a comprar todo orgánico como si cada sateluco fuera una Gwynet fucking Paltrow, también tienen los mejores precios farmacéuticos de la zona (unas por otras I guess). Lo peor no fue la desembolsada ni el peregrinaje etno-trágico-musical sino que al llegar a casa a tiempo para Project Runway! me entero que uno de los medicamentos es inyectable tenkiu very much! Y ni siquiera intravenoso para más glamour o rectal para más diversión sino intra-fucking-muscular: aplausos! Y encuéntrenme a esa hora una farmacia o clínica que aplique inyecciones sin una receta firmada o al menos el recibo de compra que asegure que mi dinero se fue a sus arcas (ni siquiera tuve la delicadeza de grabar mi consulta telefónica).

Pues ahí me tienen googleando la mejor manera de auto inocularse uno by myself. Nomás faltaba que vinieran a alburearme! casi me dijo Mr. Google, pero ya que croleaba pa'bajo me encontré con las reglas básicas de la utoinyeccionalización. Y ahí me tienen en el baño con los pantalones abajo, frente al espejo, como posando para Manhunt, con el delineador de mi hermana dividiendo mi nalga derecha en cuatro, como pa'jugar al gato: Inicio mi juego dibujando un círculo en la parte superior derecha y saco la jeringa de su envoltorio y dudo si leyendo en voz alta las instrucciones pueda aguantarme la risa de verme en semejante postura niurkezca, pero aprovecho ese pensamiento malagüero (cada vez que retumbe ese nombre en mi cabeza, escupiré) para agarrar desprevenido al glúteo en cuestión y aplicar un líquido caliente que en el momento no dolió nadita, pero que ahora me tiene al borde del sillón, en un sentado que me envidiaría cualquier debutante serreña.

Si en los días venideros no posteo nada será porque apliqué el Simi-Harakiri. Es decir, el autoaniquilamiento accidental a lo Mishima con sentido del humor… porque qué le queda a uno cuando escasea el talento?

sábado, agosto 01, 2009

Huída

Estar solo en un bar nunca ha sido una experiencia placentera para mi. Mi catálogo de poses es muy limitado y la tensión sexual en los bares gay demanda demasiadas defensas. Sacar el celular para checar la hora se agota a las primeras tres, poner atención a lo que pasan en pantalla se vuelve una experiencia esquizofrénica porque generalmente no coincide con lo que se escucha en las bocinas y mientras la espera se alarga y el alcohol circula por tu torrente sanguíneo tus respuestas motoras empiezan a convertirse en un catálogo incontrolable de incongruencias. No sólo es irritante que se te note que estás esperando a alguien sino que los demás traten de leerte como tarot on line.

Uno no tiene más que sonreir o hacerse el miope, apreciar la decoración como de abuelita obsesionada con Winnie The Pooh, hacer como que te da igual el repertorio musical que va desde musica ochentosa a cumbias genéricas y tratar de no reirte demasiado del que baila como Alicia Villarreal. No es que no tenga su gracia, pero no deja de recordarte que estás en territorio si no enemigo al menos ajeno, como el invitado desconocido a una fiesta pesada y velluda, donde tu inseguridad pareciera ser la miel atrayendo a las abejas. Y sí, hay momentos en que quieres salir corriendo, que tu resistencia se debilita y quieres mandar todo a la chingada, pero luego pides otra cerveza y te ralajas un poco más y te deja de importar el resto y que aparentemente hayas sido plantado e intentes disimularlo sin mucho éxito. Y sales y fumas porque así has visto que en las películas se resuelve todo y si no se resuelve al menos es más glamoroso.

Y te llega el mensaje diciendo que en realidad te esperan en otro lugar, pero tu ya le invertiste a sentirte agusto en éste y prefieres sacar plusvalía de ello. Y eres todo sonrisa y guiños y tus dedos son de mantequilla y aplazas el impulso de huir, ése que siempre te persigue a todas partes a donde vayas. Tu sombra pisándote los talones.

viernes, julio 24, 2009

Ban Marriage

Lo escucho dominando encabezados en las noticias internacionales, la bandada de celebridades sintiéndose cool porque apoyan el derecho de sus peinadores, estilistas y asistentes a tener un matrimonio de verdad. Quienes no han adoptado aún a un niño africano se sienten obligados a verse progresistas por compartir con un grupo minoritario de ciudadanos una institución por demás devaluada y decadente, pero resguardada por los ultras como el último bastión cristiano que realmente nadie debiera envidiarles.
Independientemente de lo condescendiente de toda esta alharaca Prop8 en Estados Unidos, que piensa que redefinir una figura legal en nombre de la democracia significa acabar con la homofobia, o que ponerle apellido a un crimen cometido contra un miembro de una minoría racial o sexual sirve para algo más que para fines estadísticos, lo que más me llama la atención del activismo gay gringo es esa arrogancia clasista a la hora de exigirle a su presidente - empeñado, por cierto, en comportarse como celebridad y no como funcionario público- que reorganice sus agendas y priorice en sus políticas a favor de un sector de la sociedad al que le urge el papelito del registro civil para sentirse ciudadanos de primera. Y que de paso les de chance a aquellos militares atormentados por el Don't Ask, Don't Tell (que equivale al mexicano que no te cache tu superior, a menos que te esté cachando tu superior) que usen cinturones D&G (Hello!, Bruno dixit) y bungalows decorados con velas aromáticas en Afganistán, porque ya de por sí la guerra es estresante pues al menos un jacuzzi colectivo para matar el tiempo entre bombardeos (Queer Eye for The Stressed Out Army). Y todo esto con el argumento rebatible y cansón del así nacimos: el gen de la inocencia y el culo de la impaciencia elevado a mantra exculpatorio, como si en realidad ese fuera el punto.
Cuando deberíamos levantar la voz por el derecho a la diferencia, exigimos una igualdad de postín, una estrellita en la frente por bien portados, como en el kinder. Amancebados por adelantado con el supuesto enemigo sin reconocer nunca que dicha obsesión acarrea el gen de la propia intolerancia, el bouquet perfecto de la boda de sus sueños, la oportunidad de levantar el dedo para señalar al otro, al que no, a ese que un día se fue y del que hay que alejarse porque para eso existen las categorías, para pintar una línea y no dejar pasar a quien afee el retrato.
La ventaja de vivir en México, gobernados por panistas que piensan que están haciendo un favor a la sociedad poniéndola en fuego cruzado ante las mafias diversas, peleándose ambas el derecho a enriquecerse a costillas del ciudadano que aun no ha encontrado lugar en alguna de esas vertientes de la burocracia, es que una discusión acerca del origen de la homosexualidad y el supuesto derecho universal al matrimonio no tiene lugar ni siquiera en parodia, porque para banalizar así un tema se necesita mucho tiempo libre y eso significaría que las cosas no están tan color de hormiga como ahorita. Sería divertido de tan aburrido pues.

PS: Si alguien vio la película "Gomorra", desmiéntame cuando digo que todos los caminos llevan a Nápoles, no necesariamente a Roma.

domingo, julio 19, 2009

Contreras

For the first time in almost two years I spoke to him yesterday. The last news I had from him was an e-mail written as a telegram. He sounds the same as the last time but not quite. I guess what changed was the way I perceive him. It's a weird feeling, like when removing hair from the drain hole and the water flow happily but not really. I guess that's the way things are supposed to be, even if I choose a nasty analogy. Hair is always in between of things and some people trim it or shave it but it always grows back. The same thing happens to feelings, the most you want to get rid of them the fastest they grow.
We spoke for over an hour and didn't say much.
Stories updated that are quite the same with a pile of time upon them.
Contradictions, self awareness and condescendence mixed in a non cute anymore combo.
We're almost in the same situation and miles away from resembling (or I want to beleive so).
I listened and nodded and giggled and resumed my last semester in three sentences closed by a weak but I'm all right.
He was telling me that his father has cancer and his mother diabetes and I reply that I just spoke to my mother and the only thing she has is a swollen ear. When I realized how clumsy and uncaring I'm being I say how sorry I am and try to change the subject with no success whatsoever. I've forgot what a bad listener my ex has always been.
He's currently living in Rosarito.
At this time, when everyone's abandoning Rosarito, he moves right there.
I've got to admit that I am as contreras as he is.
We said good bye with the promise to keep in touch. I said I'll visit soon. I hung up and I'm not sure if I'm happy or relief…

jueves, julio 16, 2009

Sombra

Yo -por regla general y convicción propia- no extraño. Obvio que me miento a mi mismo casi tanto como a los demás, pero así son las políticas corporativas de la salud mental y cuando uno las traiciona todo se vuelve un caos peor que el cuarto de Iván, mi ex-roomate y persona favorita desde que no compartimos techo (esa aventura que no repetía desde mis primeros semestres de universidad y que ahora me queda claro porqué).

Hoy que fue cumpleaños de mi santísima madre y que llamé para felicitarla me pasaron al teléfono a una de mis primas, que yo confundí con otra que vive en Canadá, me costo trabajo reconocer su voz, así que improvisé preguntas triviales para adivinar pero fue inútil. No es fácil aplicar la estadística con una familia de más de 6 hijos cada clan, donde predomina el género femenino y cuyos acentos si acaso han variado gracias a los éxodos tan inn hoy en día.
El punto es que sería poco probable que me confundiera con la voz de mis amigos, esos que luego se convierten en la familia que escogemos por pura necedad de torcer el árbol genealógico de los quereres. Si me preguntaran ahorita los nombres completos y lugares de residencia de la mayoría de mis primos no sabría que decir, tendría que cantar una canción de Chava Flores pa'salir del paso. Lo curioso es que yo con mis parientes consanguíneos supe lo que era convertirte en adolescente o adulto mucho antes que me llegara a mi el momento, compartiendo vacaciones y duchas grupales que luego serian proscritas y de muchos de ellos si acaso recuerdo sus apodos: recuerdo el nombre de la prima que me enseñó a besar, del primo orgulloso por su lunar en la verga, del que se acercaba demasiado a mis hermanas sin que ellas se dieran por aludidas y del que cantaba como José José y a quien yo era alérgico por más que esa razón.

Pero llegó un momento en que el lazo afectivo se rompió por el rumbo dispar que tomaron nuestras vidas y empezó uno a construir otros lazos con gente que no compartía tus genes pero si intereses y experiencias que podían decirse en voz alta o que si debían callarse se hacía con una sonrisa o un guiño de ojo. La complicidad es algo que une más que cualquier otra cosa y llegar a ser cómplice de alguien puede ser fácil, pero el hecho de elegir te permite construir un universo propio, agregarle ramas al árbol y resguardarte a su sombra cuando los párpados te pesan o te cuesta dar un paso o simplemente todo se pone monocromático y húmedo.

lunes, julio 13, 2009

Woh!men

Women are the only oppressed group in our society that lives in intimate association with their opressors. ~Evelyn Cunningham

lunes, julio 06, 2009

Rojo rabioso

Se escucha en la bocina de este café una versión aún más prozac de "Moon River" (aquella canción hecha por Mancini tan a la medida de Holly Audrey Golightly Hepburn como los vestidos de Givenchy) y no podría sentirme más ajeno a ese sentimiento de melancolía que es tan dado a los ventanales de café en días nublados. Mi vista da a un freeway en movimiento constante, casi atemorizante si se quiere, pero para mí es un río con doble corriente que no va a ninguna parte que me importe. A pesar de sentirme varado en medio de esas dos corrientes y que la política en este país me hace sentir de la misma forma, mi ánimo parece tan inquebrantable como el de Holly frente a "Tiffany’s".

Si eso no me tumba es porque seguro estaré hecho de otro material, vengo de otro mundo y por eso siempre he sentido que no encajo del todo y que ni los zapatos me ahorman como deberían. Claro que luego me viene la idea de que muchos se sentirán igual de especiales, lo cual le quita a uno lo especial (filosofía Pixar), pero ni así me dan ganas de tirarme al río y lo que alguna vez sentí como instinto suicida en el metro me queda claro que fue simplemente vértigo.

Pero hay días -que no necesariamente son lluviosos o nublados- en que me invade la rabia, el descontento, la angustia y las ganas de hacer daño, de liberar ese instinto básico reprimido. Son esos mean reds que describía la Golightly al alter ego de La Capote (sí, con mayúsculas) y que no hay palmadita en la espalda o sonrisa furtiva que te ayude. Tienes que soportarlo como las mujeres soportan los cólicos pre-menstruales.

Yo, esos días procuro no ver a nadie y aplazo cualquier compromiso por importante que sea porque tomar una decisión bajo el influjo del rojo rabioso te puede llevar a la catástrofe y hay quienes de plano no están preparados para verte descender frente a sus ojos. Porque uno, tan ecuánime y zen y civilizado y sofisticado una vez que muestra el cobre no hay campaña que restituya la imagen que ha construído con un esfuerzo no por torpe menos admirable.

Esos días procura no ser un dependiente de fast food o cualquier caja de supermercado ineficiente porque mi piel de oveja es sólo el equivalente al vestido negro de Givenchy y el croissant con café hirviendo puede convertirse en mis manos en un arma de destrucción selectiva.

jueves, julio 02, 2009

El amor se basta solo

Empecé a leerlo en el metro. El último tramo de las últimas páginas me atraparon desde un vagón hasta un parque bien iluminado. Rogando que no me interrumpiese la lluvia, pasando página tras página, leyendo a voz baja (no sé otra manera de leer en inglés) y tomando el tiempo que me tomaría llegar a casa. Sentía cómo iba bajando la temperatura ambiente mientras la ficción subía de tono para luego asentarse y comprobar una vez más que la razón es menos guapa que la locura, que el amor se basta solo (Vallejo dixit) y que la fe es la obsesión con mejor reputación hasta que sus prerrogativas son insuficientes y alguien siente la necesidad de reinventarla, de adivinar en el pliegue de una cortina la señal inequívoca de un diálogo amoroso, de hacer de la naturaleza su cómplice incondicional y no su campo de batalla. Como Parry, el personaje más heróico y terrible de la literatura reciente (que yo haya leído porsu), conmovedor al tiempo que temerario ángel de la venganza contra aquellos que vulgarizan el romance llevándolo de picnic al parque, imitando las postales de supermercado con epígrafes de poetas canónicos tan huecos como la canasta llevada de regreso.
Al llegar a los apéndices -que luego me entero fueron citados por varios especialistas en psiquiatría como reales y no como la ficción que son- casi me empezaba a molestar por lo que interpreté como una innecesaria explicación científica de un comportamiento romántico llevado al límite, pero me reconcilié con el autor al darme cuenta que su intención era justamente lo opuesto. Partir de un supuesto argumento científico para redimir un personaje que logra integrar su mundo interior a aquel que le es dado, reconciliándolos para su propio bien y el de la literatura...
Retomo mi camino con esa sensación de vértigo al cerrar un libro que lleva días acompañándome y que será reemplazado por otro con cubierta más brillante, aún envuelto en celofán y tapizado con post its meta-narrativos.

*Mención especial a la cubierta más bella desde
The Volcano Lover, de Su Majestad, La Sontag y Sueño Profundo de La Yoshimoto.

domingo, junio 28, 2009

Días de lluvia

Saturday wasn't as relaxing as it was supposed to be thanks to a distracted driver that thinks is OK to ask for directions in the middle of a highway. It doesn't matter if it's raining or you're changing lane. For my sister every spot is the same as any touristic city corner.
We went to Valle de Bravo and Avandaro, which I imagined as a hippie sanctuary in the middle of a valley but it turned out to be quite the opposite: a beautiful place for bourgeois Mexicans and foreigners that used to make fun of the hippie thing right before it actually became a joke itself.

On Sunday I woke up late, just on time to laugh with Old Christine (one of my TV darlings) and had two greasy quesadillas for breakfast. There's nothing better to cheer you up than calories. I tried to make plans for the day, but it started raining before I got to any schedule so I decided to stay in pajamas and watch television all day.

By the time "Friends" ended I got hungry again. The rain stopped on time to go get a burger at the mall and maybe catch a movie. Not only the movie programming was poor but the mall was a nightmare of zombies with shopping bags and ice cream cones in their hands instead of bloody meat and brains.

At those moments you kind of understand those people that get into public places and shoots arbitrarily for no apparent reason. More than one time I wish I had a gun and enough rage to do the same to the lady with ugly hair style and expensive purse or the family guy with the T-shirt tucked under the sweatpants or the metro sexual guy wearing white shoes and a matching belt or the girl with ugly eyebrows and decorated nails matching her cell phone. Mine would be the opposite of mass murder. I'm unfamiliar to arbitrariness.

I get my burger to go. Buy the newspaper and walk to the park next home. Eating while reading about Honduras aborted coup d'état, economical recession, Iran, Israel and some other international crap. A bald guy approaches asking something regarding today's soccer game. I reply that I'm not interested in sports and the guy smiles and says good bye without acknowledging my rudeness. His beautiful little boy walks after him turning his head towards me, staring. I smile at him and he smiles back.

In my way home I stop at the coffee place and order mocha. The clerk asks me about the soccer game and I wonder what happened to the weather talk or the no talk at all…

Rainy days were made for silence.

viernes, junio 26, 2009

Man in the mirror

Los embalsamadores de Jackson la tendrán fácil: han venido trabajando en él desde hace ya varios años. A uno no le quedaba más que angustiarse por la sensación de que su nariz se caería en cualquier momento y escuchar el susurro en que se convirtió su voz era comprobar una fragilidad que se advertia desde sus inicios, por más que quiso representar al rudo pandillero con la ayuda de Martin Scorsese en el video de "Bad" o en otros tantos donde adoptaba la personalidad de gangster pero que se acercaba mas a la sensibilidad de una geisha... Mientras Marilyn Monroe filmaba "The Misfits" (Huston, 1961) comentó que Montgomery Clift era "…the only person I know who is in worse shape than I am." Eso resume perfectamente el refrán popular de el comal le dijo a la olla. Michael Joseph Jackson ya se puede hablar de tú con esas dos.

martes, junio 23, 2009

三島由紀夫

Men wear masks to make themselves beautiful. But unlike a woman's, a man's determination to become beautiful is always a desire for death... (Y. Mishima)

Cuando Él murió yo aún no nacía. La cabeza desprendida de su cuerpo fue la metáfora final de la lucha que su mente mantuvo por mucho tiempo contra sus impulsos eróticos. Yo, antes de leer aquel libro que compré a escondidas, ya había visto la imagen entre seductora y trágica de San Sebastián en la enciclopedia familiar. También empezaban a ejercer un poder hipnótico sobre mí esos vellos oscuros que se asomaban de las axilas de los adolescentes. Pero encontrar todo eso verbalizado de esa manera en un libro cuyo título parecía aludir más a un carnaval o un circo que al despertar a la vida de un adolescente mimado e hipersensible, fue como entrar a otra dimensión. No sólo el ver reflejadas mis propias experiencias sensoriales y enterarme que alguien allá afuera, en otro tiempo y otro lugar tan diferente al mío, sentía lo mismo que yo sino que en lugar de presentarlo como algo vergonzoso o terrible, era capaz de convertirlo en algo poético y conmovedor gracias a la escritura. Y cuando pienso en ese libro en su lengua original me imagino un lienzo blanco con pictogramas de tinta china como pequeños y hermosos personajes contando entre todos esa historia que es de Él pero mía a mi manera: con desiertos brillantes en lugar de cerezos nevados, con mi individualidad precoz buscándose un espacio propio entre el hacinamiento en lugar de la construcción de una voz interior que haga compañía entre esos espacios amplios y la tiranía adulta condenando todo lo ajeno a la soledad, explicándonos ambos el mundo que está sobre nosotros con el temor a no entenderlo lo suficientemente rápido, antes que nos aplastase.

miércoles, junio 17, 2009

Jornada contra La Cursilería

Hay que estar en contra de la cursilería porque aparte de ser estéticamente muy desagradable, la considero dañina por varias razones y en muchos sentidos. El primero, y más importante creo, es que puede convertirse en una trampa para quienes sienten la imperiosa necesidad de compartir lo que ellos llaman sentimientos y que en realidad son sensaciones pasadas por el filtro del convencionalismo vestido de vulgaridad y cuya función nefasta es reducirlo todo a la mentira poetizada, a la falta de análisis, al exabrupto emocional en busca de foro.
El problema con la cursilería no son los encajes ni los floreros ni las crinolinas ni la mediacola ni el color rosa ni el lápiz decorado con plumas violetas ni los bolígrafos bicolores llenando el diario miado de una adolescente ni el ropón del bautizo ni la tanda húngara o el ramo lanzado ni el poema en verso ni la rosa blanca en junio como en enero para el amigo sincero que te da su mano manca. NO: esa es tan necesaria o cuando menos con el mismo derecho de existir que mi sarcasmo. Lo problemático viene cuando esa pereza mental disfrazada de lirismo se interpone entre la realidad y el discurso, entre los hechos y el análisis de los mismos, cuando entorpece la lectura de una realidad a veces ni tan compleja y muchas veces tan lapidaria que mucha gente siente la obligación de lanzarle ayes y odas como flores a un féretro terroso del que no queremos ver su interior y cuyo polvo que lo cubre es la metáfora de la negación sistematizada.
La cursilería es un virus mucho más peligroso que la influenza y contra eso no se ha inventado tapabocas. Y ni siquiera me atrevo a decir que el único retroviral existente sea el cinismo, que también se convierte en pandemia de tan improductivo y paralizante, sino el análisis con el apellido que quieran ponerle, pero empezando por ponerle el prefijo auto… da igual si le quieren poner un guión antes de pegarlo al sustantivo, que la gramática es lo de menos si la sintaxis interna nos permite darnos cuenta lo atrofiados que tenemos los verbos en la cabeza (únicos elementos de nuestro lenguaje que implican acción alguna).
Pero tampoco se trata de ponernos lingüísticos sino de dejar claro que si existe la cursilería en el lenguaje político, en las campañas, en la prensa y en las interlocuciones entre ciudadanos y gobiernos es por esa falta de autoanálisis, por dejar que nuestra manera de verbalizar las cosas nos indiquen lo que pensamos y no al revés, por apropiarnos de los diálogos de las telenovelas en lugar de exigir a sus autores que reflejen el nuestro, por decirnos tan sensibles al ver los niños famélicos del África colgados de una pantalla y poner la misma jeta con el conteo de infantes carbonizados en una guardería de un lugar -del que no voy a decir su nombre- que sólo gracias a la negligencia oficial y ciudadana es capaz de generar encabezados internacionales (hasta el NYT pues), por prostituir la lágrima al mejor espectáculo que pase frente a nosotros porque el dolor -señoras y señores- no se comprende ni se imagina ni se compara si no se quiere insultar a las verdaderas victimas, pero sobre todo no nos exime de la responsabilidad de haber elegido esos gobiernos y esos representantes hambreados de nuestro voto cada tres o seis años ni de permitirles todo lo que el fuero de nuestra indolencia les condona para luego hacer el numerito de la queja cansona y a destiempo, del lamento infecundo, dándole la espalda a la razón o viéndola feo porque no fue invitada a su propio velorio.
Dejémosle la cursilería al Siglo de Oro o a Pita, a Nervo o a la Cartland, incluso a las telenovelas o a Disney, o a Chabelo y el beso que le dio su maestra a la salida, o a Tatiana y el patio de su casa (de donde creo salio huyendo del marido), o a Paty Chapoy y su mafia chismosa, o a los obispos y la liturgia cristiana o de la que sea, pero no permitamos que nos nuble la razón, esa chingaderita que no necesita de flamas ni rosas para adornarse, que no se preocupa de modas ni de buen gusto o de si alguien se la tatúa en el brazo, pero que se sabe mientras más inoportuna, más valiosa.

viernes, junio 12, 2009

Confieso que he leído...

...y que fuí al concierto de Metallica.
The Invention of Solitude (Paul Auster): Fuera de la trilogía de Nueva York y otros relatos que había leído de este autor norteamericano canónico, confieso que me había costado trabajo conectar con su visión melancólica con todo y que reconozco sus cualidades formales como precisión narrativa, sencillez y ritmo. Pero llegó un momento en que tuve que soltar uno de sus libros pues me irritó su cansona posición masculino-crepuscular (término tan de moda como mamón para referirse a la decadencia): -Esto es demasiado buga para mí; me dije a mimismo, en un ataque de heterofobia. Afortunadamente, años después me topé con ese bonche de libros que había comprado de Auster y tomé éste que me resultó un verdadero descubrimiento, sobre todo por la manera tan sensible y honesta que aborda el tema de la paternidad desde los dos nodos que lo conforman: el del padre y el del hijo. Dividida en dos partes, esta memoir se sirve de la historia bíblica de Jonás, el Pinocho original y el de Disney, así como de Freud y otros para, al tiempo de reflexionar sobre su historia personal, ilustrarnos sobre el proceso creativo y sus infinitos vericuetos. The Invention of Solitude es donde a partir de la muerte de su padre inicia una aventura por rastrear esos momentos en la vida de ese inmigrante judío que lo convirtieron en alguien tan fuera de este mundo, con un pié en la realidad y otro sumergido en un pantano, alguien que aprendió a esperar tan poco de la vida para no decepcionarse que fue incapaz de construir una relación profunda con nadie. The Book of Memory es el proceso de A. (alias del autor, duh) por construir un marco de referencia y un sentido alejado de lo superficial a su experiencia como padre de familia, tratando de evitar las trampas de la herencia y construyendo un lazo con su hijo como jamás pudo tenerlo él mismo con su progenitor. Atendiendo los últimos días de vida de su abuelo materno, A. se propone crear una guía anecdótica cifrada para que su hijo no tenga que escarbar de la nada en un futuro y evitarle la condena de adivinar en una fotografía rota y un album vacío la parte de su historia familiar que su abuela paterna trató de esconder, condenando a sus hijos a dividirse en partes iguales una culpa que no tenía nada de freudiana.

Nota sobre el concierto de Metallica: En los noventa me daba vergüencita confesar que me gustaba este grupo medio supremacista, pero pues con la edad uno va perdiendo la vergüenza al tiempo que la lozanía, por eso me sorprendió ver una considerable bandada de fans veinteañeros y adolescentes prematuramente trasnochados. Además caí en cuenta porqué este grupo tiene casi tantos detractores como fans: los metaleros de hueso colorado odian tanto la melodía como los colores primarios y los metálicos son tan buenos músicos que se permiten demasiadas cosas inaceptables para el género. Mención aparte es el tacazo de ojo y el perdón que se merecen aquellos entrados en años y en kilos por su romanticismo matalúrgico al cabecear frenéticamente y quitarse la camiseta para revivir su slam noventero que, de no ser por esas barrigas cerveceras, me habría sentido atrapado en una cápsula del tiempo al puro estilo Lost. El detallazo fue ese fan emergente que no dejaba de verme y tomarme fotos, fingiendo estar tomando a la multitud y que según mi acompañante, sólo le faltaba el valde y la franela para decirle "viene-viene" al amor que no se atreve a decir su nombre.

lunes, junio 08, 2009

Tiro de gracias

Es muy triste asomarte a la pantalla del celular y contener el impulso de rechazar la llamada o dejar sonando el aparato como grito en desierto sin eco posible. Que la inercia de tu mano tome el teléfono y lo coloque en la oreja respondiendo en automático un hola deslavado, debería ser síntoma de algo bueno, pero no lo es. Que alguien muestre interés en tu vida un día después de sudar juntos y coordinar orgasmos debería ser algo alentador, sólo que no siempre lo es –de hecho lo es pocas veces. Que regreso a casa, un cuarto de hotel, tres preservativos y demasiada energía mal invertida después recibas un mensaje de agradecimiento y no te sientas obligado a responder más que por algo parecido a la compasión te dice que algo anda mal contigo. Cuando piensas en las veces que has estado del otro lado de la ecuación y lo eficiente que te has vuelto para arrancar esas páginas del diario, ni aun así eres suficientemente frío como para dejar navegar la botella sin mensaje de vuelta. Pero en cuanto oprimes send te lamentas por la certeza de estar ayudando algo a mal morir y te preguntas cuanto tiempo serás capaz de resistir dar el tiro de gracia a la esperanza.

jueves, junio 04, 2009

Coitus Interruptus

La idea de ir a anular el voto el próximo día de las elecciones, por más tentador que sea, equivale a un coitus interruptus y yo cuando quiero interrumpir algo es porque fui tentando a comenzarlo y aquí, en este juego a la democracia mexican way, no hay nada que me mueva a jugar, ni siquiera la inercia. Las veces que he votado ha sido por candidatos que no han ganado pero uno no le apuesta siempre a ganar cuando están en juego las convicciones, ese accesorio pasado de moda que espera su comeback con ansiedad viendo como va y viene la campana, se va y regresa el fleco o la minifalda, la plataforma y la pestaña postiza, el bigote o el sexo con y sin protección… y no hay protección que sirva para evitar ese hostigamiento visual al deambular por las calles de esta ciudad: caretos mal fotografiados ya ni siquiera prometiendo imposibles sino apostándole al slogan breve y poco convincente, confiando en que el abstencionismo los pondrá a todos en el lugar que se merecen, sin importar siquiera la legitimidad de su puesto con tal de que les llegue el cheque y los bonos a tiempo para engordar su cartera y su abdomen… tan gordo como los monopolios que tienen a este país en el hoyo, viendo cómo el estado se parece cada vez más a un cártel y cómo los partidos políticos parecen campos de entrenamiento para extorsionadores con licencia o en patio de juegos perversos para juniors desocupados... Y si uno piensa estar a salvo en casa las llamadas para promover el voto interrumpen tu siesta vespertina y cuando te das cuenta que se trata de una grabación y ni siquiera podrás desahogarte mentándole la madre a señorita encuestadora avientas el teléfono lo más lejos que puedes e intentas volver a tu meditación intrascendental… tan intrascendental como sus mensajes, sus promesas y sus rostros más retocados que las tetas de Ninel Conde, las cuales al menos sirven para el sustento de una familia que -pa'más inri- seguro vota por el PAN, derecho tan legítimo como autoboicoteador.

PS: Creo que ese anuncio manipulador de la morra deambulando con un regalito como metafora de su embarazo, que Pro-Vida acaba de sacar, bien podria aplicarse a muchas cosas que este pais ha dado por hechos y que necesita mucho mas que gente nueva para engordar estadisticas y limpiar conciencias.

miércoles, mayo 27, 2009

Misoginotauro Rex

Nosotros con el machismo
Ustedes al feminismo
y al final la historia termina en paz...
(Ricardo Arjona)

No pocas veces he sentido ganas de cachetear a una mujer. Hoy hubiera sido un buen día para ceder a mis instintos tres veces, con tres mujeres defendiendo su estatus de ciudadanas especiales, pues alguien les hizo creer un día que por tener útero eran merecedoras de un trato preferencial. Y no estoy hablando de mujeres golpeadas o negadas de sus derechos elementales como ciudadanos con A sino de mujeres clasemedieras aguerridas por su derecho a que uno les ceda el asiento en el transporte público, no porque uno quiera o reconozca su minusvalía al cargar con esa matriz que un dios malintencionado les dio, sino porque a ellas se les da la gana. No importa que uno haya procurado la estación menos congestionada, que incluso haya dejado pasar varias unidades para evitarse molestias. No, lo único que importa es que es una ofensa para el género que yo haya decidido seguir con mi lectura todo el trayecto y que la única vez que quise ceder mi lugar fue a cambio de un poco de silencio, el cual me fue negado con la misma elocuencia que mi trasero mostrara su convicción contestataria.

martes, mayo 26, 2009

The Boleyn's neck

...que no es lo mismo que
torcerle el cuello al cisne.

Soñé que Ana Bolena tenía el cuello de Schwarzenegger y no sé si tendrá lógica, pero creo que ésta no es requisito del subconciente. En mi sueño, fue esa la razón por la que mandaron traer un ejecutor especial desde Francia, aunque de haber sido yo hubiera mandado traer uno de Japón (desventajas de que no existieran las películas de samurai en ese entonces). Y ya entrados en el chisme, en mi sueño la Bolena chingona era hermafrodita, una razón más para imputarle lo de bruja, y una manipuladora que haría palidecer a los Borgia enteros y a Catalina Creel juntos. Obvio Ana no podía parir, pero para ser madre sólo se necesita imaginación y recursos, la matriz resulta un accesorio tan prescindible como una diadema una vez que se llega al poder de uno de los reinos más poderosos del siglo ése que parió a la Elizabeth, amante de los encajes y las telarañas en el coño. Según mi teoría onírica, Mary era la surrogate mother, una mustia que no superó ser desplazada por un fenómeno de la naturaleza que llevaba su sangre (de ahí el mito de los seis dedos) y que se moría de celos por la relación incestuosa de su hermana con el menor George, quien no superó que lo casaran con una ajada señorita quedada de la nobleza. Su amor por Ana lo llevó a compartir su destino con gusto. Dicen que en el palacio aún se escuchan los murmullos y las risas de los hermanos jugando debajo de las sábanas y que sus cabezas rodando en el jardín donde los ejecutaron nunca perdieron esa mueca que horrorizaba a los demás llamada felicidad.

lunes, mayo 18, 2009

There is no I

There's no I in threesome
And I am all for it Babe,
it's time we give something new a try
(Interpol)

Me sigue llamando la atención como cualquier discurso y convicción se vuelve añicos en el cuadrilátero de un colchón. Y me refiero a mí que reverencio la falta de reglas en la cama casi tanto como el indio Juan Diego los estampados florales divinos, pero antes era un detractor aguerrido de los tríos (incluso cuando estuvieron de moda). Pero ahora, gracias a un poco de madurez emocional y seguridad he podido utilizar la regla de tres en la matemática sexual con interesantes resultados. Incluso podría decir que sorprendentes, porque estarán de acuerdo conmigo en que hablar de química sexual es casi como hablar de hermenéutica, hay muchos factores interviniendo que esperan un resultado satisfactorio, pero con la pequeña gran diferencia que en el caso de las multitudes sexuales mientras menos cerebro le ponga uno mucho mejor. Es como hacer tonta a la matemática, como darle por el lado y adularla con que 1+1 no siempre es = a 2 sino todo lo contrario. Relativizar las cosas no significa quitarles su peso y valor. Al contrario, se trata de redimensionarlas y actuar en consecuencia, olvidarse de protagonismos por un momento -solo el necesario- y pensar como coreógrafo, contorsionista, malabarista y maestro de ceremonias al mismo tiempo. Eso en caso de querer ser correctamente aplaudido (pun tottaly intended) y que tanto público como artistas salgan contentos y regresen por el cambio o la siguiente ronda (como ha sido el caso). Aun sigo siendo mas propenso al one and one, pero mis dos compañeros emergentes comparten conmigo el gran amor y admiración por quien esto escribe (risas prestadas de Anabel).

sábado, mayo 02, 2009

Hasta los dientes

Y para el presidente el lugar más seguro es la casa. Pues eso depende de la casa de quien, Sr. Calderón, porque la familia mexicana será todo lo que usted quiera, pero inocua -definitivamente- no. Se acomodará muy bien para salir sonriente y armoniosa en la foto grupal de la boda de fulanito o la quinceañera de sutanita, pero detrás de ese pelar de mazorcas siempre hay historias que rayan lo absurdo y muchas veces caen en lo terrible. Por eso, eso que llamamos hogar dulce hogar no es más que el cuartel al que llega uno a evadir y tocar con pinzas una cotidianidad apabullante y con suerte -o ayuda farmacéutica- dormir las horas suficientes para aguantar el día que viene. El trabajo, la escuela, el gimnasio, el café, el bar, el cine o lo que sea que esté afuera esperándonos no es más que una trinchera, una importantísima fuente de salud mental, un número de escapismo digno de Houdini, unos alfileres mágicos que sostienen apenas una realidad inapelable de la que no hay guantes ni cubrebocas que nos libre. El enemigo está en casa, así que no se sorprenda de ver sentados a la mesa de la gran familia mexicana un grupo de personas con los ojos desorbitados y sosteniendo temblorosos una granada entre los dientes.

sábado, abril 25, 2009

Alerta bacterioilógica

Como buen producto del machismo mexicano, odio ir al doctor. Pero ante la amenaza de la histeria colectiva que se avecinaba, fui a consulta en un hospital cerca de casa donde el ambiente era cercano a una ficción de Stephen King, todos con un papel azul cubriendo sus bocas y viendo a los demás como si en algún momento alquien fuera a convertirse en zombie. Yo hasta me divertí sintiéndome arma bacteriológica, aunque con la energía que traía, corretear imbéciles para comerles el cerebro no estaba ni en mi margen de maniobra ni en mis preferencias gastronómicas. Desafortunadamente, en este país eres lo que comes en el peor sentido que se le puede dar a la analogía, porque estoy seguro que si los tacos de seso hicieran algo por el coeficiente intelectual de la población, otro gallo nos cantara.
Al doctor que me recibe sólo alcanzo a verle sus ojos verdes. El timbre de su voz mejora por el filtro de la tela en sus labios y sus manos escriben con avidez mis informes en una lap-top como vieja posona en cualquier Starbucks. Me pregunto si el tipo no estará chateando mientras yo me desnudo sintomatológicamente, contándole mis desarreglos bacteriológicos y mi osadía antibiótica. Me dice lo que ya intuía y me comento a mi mismo que si hubiera que morirse de alguna chingadera de moda, emergente o apantalla-secretarios-de-salud preferiría algo mucho mas glamoroso que un virus porcino. No me malinterpreten, queridos cerdos, me encanta el tocino y la pierna al horno que hace mi madre, pero morirse de algo que tenga que ver con granjas, chiqueros y sobrepeso voluntario (si es que eso existe) es inviable en momentos en que hay tantas opciones iconoclastas y cargadas de harto dramatismo como para desperdiciarlas en algo tan vulgar como una gripe.
Después del toqueteo de rigor y de presumir amígdalas y vibrato sostenido, paso al asalto en despoblado que es la caja y farmacia de cualquier hospital privado sin quitarme el cubrebocas, para no desentonar con el tono sombrío que se ha vuelto casi oficial y me cae el veinte que acabo de pagar el equivalente a un boleto de avión a cualquier destino nacional, pero me tumbo el rollo al imaginarme camino al aeropuerto, estornudando en plena sala mientras me rodea un bonche de personas en trajes amarillos y mascarillas apocalípticas, rociándome con una sustancia extraña y llevándome a rastras al mundo donde todo han sabido reducir a su esencia genómica menos el buen gusto.
Mientras me río impunemente de mi mal chiste se me abre el apetito, pero la idea de comprar alimentos en estas circunstancias tragicómicas me hace cambiar de opinión y conformarme con un par de quesadillas caseras con yogurt para beber en la comodidad de mi cuarto y acompañado de la programación televisiva que ya me sé de memoria y que tan llena está de enfermeras ninfómanas, doctores intelectualmente atarantados y cirujanas oligofrénicas que tan poco favor le hacen a la práctica médica…

domingo, abril 19, 2009

iMiss you already

Si había un mal momento para perder mi iPod, este era el preciso. No sólo ha sido mi mejor compañía en mucho tiempo, mi aliado contra el ruido ensordecedor de esta ciudad y mi contacto cercano con el tercer tipo que para mi es la música. También ha sido testigo y depositario de varios proyectos llevados a buen puerto y otros en plan de aborto prematuro así como otros aun en proceso. Anoche, cuando dejé olvidada mi chamarra en un bar lo primero en que pensé fue en ese aparatejo que deje guardado en su interior. Al regresar a buscarla supongo que se veía la angustia en mi rostro, que fue correspondida con la indiferencia correspondiente a un residente de esta ciudad que tiene más años trabajando de cantinero que siendo infeliz con las decisiones en su vida. Aquí no aplicaba la del valor sentimental o la importancia de los documentos por encima del valor económico como cuando pierdes la cartera. Cómo le explicas a la gente que un objeto de peso ligero, que cabe en cualquier bolsillo puede tener tanto significado para alguien? Cómo les dices que puedes vivir sin él pero en realidad no quieres? Cómo confesarles que mi pequeño negrito me ha visto llorar y reír como nadie en los últimos años sin sonar cursi o sentimentaloide? Como quitarle las comas y los paréntesis a una situación tan común como desarmante en un momento como este en que me vendría bien una buena noticia?

domingo, marzo 29, 2009

No todo el rap es para reírse

Es curioso decir querer salvar la tierra cuando lo que se busca es preservar la raza humana. No es que vea yo algo malo en eso, pues si las cucarachas tienen sentido de supervivencia no veo porque nosotros no debamos, pero tal parece que una de las principales funciones de ese maravilloso invento llamado lenguaje, es engañarse uno mismo u ocultar bajo su manto las verdaderas intenciones inexplicablemente inconfesables.
En el Zócalo, unos minutos antes de "bajar el switch" por una hora, la poca gente convocada deambula como en romería, se atraviesan grupos de jóvenes cargando cartulinas con leyendas conmiserativas hacia el planeta, muy al estilo Caló ahora te lo dice, no todo el rap es para reírse (y ese verso tampoco?), con una caligrafía de kindergarten, muy en congruencia con su contenido (o ausencia del mismo). Se alcanzan a ver muchachos apuestos con camisetas moradas y el logo de yahoo impreso, que reparten tubitos de plástico con liquido fluorescente que los niños arrebatan como dulces en fiesta infantil, solo que aquí la piñata es el fotogénico globo terráqueo. Tomo una y me la cuelgo al chaleco justo cuando la cuenta regresiva comienza y me decepciono al ver que solo unas cuantas luces alrededor del lugar se apagan, no las suficientes como para no ver a aquellos que festejaban el triunfo de la selección sobre un equipo centroamericano cuyo país cuenta con menos habitantes que el estado mas pequeño de México.
No vale la pena mencionar la cantidad de energía derrochada durante esa hora bienintencionada para tomar fotos mal iluminadas o registrar reacciones con cámaras de video digital o mandar mensajes de texto para recomendarle a tu lista de contactos que apaguen la luz, pero jamás el teléfono celular (how rude!). Tampoco que las pilas de esos celulares se hacen con un material extraído en minas de África por niños famélicos cobrando un dólar la jornada diaria laboral... La verdad es inútil señalar esa clase de incongruencias en un país cuyo único partido ecologista gasta una ofensiva cantidad de dinero en spots televisivos y espectaculares tapizando camiones y marquesinas donde invita a la población a apoyar la instauración de la pena de muerte en México. Justo lo que necesitamos: si no está bien visto matar ballenas, creemos un sistema que elimine seres humanos y apacigüe nuestras ansias homicidas.

martes, marzo 24, 2009

Riendas

Tengo la noche pintada en la cara y me doy risa de lo provinciano de mi actitud, de sentirme orgulloso por rebasar mis límites, de olerme a pecado a provocación a pieles ajenas que jamás volveré a ver o tocar y de llegar a casa a querer lavarlo todo. Antes de acostarme me ducho como queriendo borrar huella, pero reviviendo en mi cabeza esas escenas entre eróticas y góticas de fantasmas sonámbulos subiendo escaleras y susurrando mientras caminan como ciegos sin lazarillo fotografiados por Gaspar Noé ala mexicain. Entre esas imágenes diluyéndose con la espuma, me topo con la cara de una viejita que me detuvo en mi regreso y me pidió la hora al tiempo que me tocaba la cara y me decía lo lindo que le parezco con estas ojeras de noche en vela, de alcohol evaporándose a la luz del sol y de pupilas dilatadas, sonrientes ante la candidez que se asoma debajo de una piedra y venciendo la tentación de decirle mi procedencia… de contarle que vengo de donde la lindura desentona y los caballos se desbocan en precipicios con las riendas atadas a las patas. Felices.

viernes, marzo 20, 2009

25 DO RE MI MI MI (Facebook crap)

De noche, antes de dormir y en el tiempo que de niño utilizaba para rezar, doy las buenas noches a mi madre y a mi padre (q.e.p.d.). A veces incluyo al resto de mi familia cercana, pero no siempre. SIEMPRE, antes de dormir y al levantarme, invariablemente me lavo la cara con jabón y la boca -con pasta de dientes de preferencia. EN MI se esconde un obeso y obseso compulsivo pelando por salir a flote: una vez que desayuno ya estoy pensando que comeré a mediodía y una vez que como visualizo la cena (los intermedios son generalmente mas espontaneos). IGUALITO que el personaje de Jack Nicholson en "As Good as it Gets", tengo una ligera obsesión con los bordes de los mosaicos y las lozas en los pisos por los que camino. A veces procuro no pisarlos y me creo Michael Jackson –cuando aun tenía nariz- en Billy Jean. HABLANDO de narices, tengo la muy mala costumbre de hurgar en ella más de lo socialmente aceptable. Una vez que empiezo no puedo parar (antes eras las uñas). SOY TAN distraído que me doy miedo, sobre todo con eso de Mr. Alzheimer. Olvido si cerré con llave la puerta o si apagué el boiler o si cualquier cosa que te haga regresar a casa cuando llevas ya varios minutos de retraso. NO SOY rencoroso y trato de ser zen (aguantenzen, chinguenzen, etc.) cuando las cosas no salen como quiero o las personas intencionalmente me sacan de mis casillas, el problema es que mi memoria tiende a ser muy vengativa. No es tan buena persona como yo. SOY ADICTO a la televisión, al queso, el café, a criticar a la gente, al sexo y a la atención (si estas dos van juntas mucho mejor), no sé si necesariamente en ese orden. LO UNICO que me desagrada de no tener pareja es tener esforzarme en encontrar un compañero sexual every once in a while, porque aunque sea fan del amor propio, la ayuda externa siempre es un plus. Claro que luego me consuelo pensando en que con que haya una persona que me quiera en la cama es más que suficiente (y mucho más de lo que bastante gente llega a tener). SIEMPRE cargo con un libro y aprovecho cualquier tiempo muerto para adelantar unas páginas, pero muchas veces me gustaría ser menos respetuoso con la literatura y no sentirme culpable por dejar inconcluso uno que otro (no me perdono haber leído completo "The Thirteen Tale", de Diane Setterfield...ha de haber sido karma romántico-brontesco). FUI TAN feliz la primera vez que leí un libro entero en inglés que no caí en cuenta que era "The Virgin Suicides", pero trate de reivindicarme con Carson McCullers y trashy stuff como Dennis Cooper, Van Sant, JT Leroy y otras cosas que equivalían a leer muchas revistas underground… claro esto era antes de descubrir los blogs. DE ADOLESCENTE tuve una etapa en que me llevaba bien con los niños pero nunca me he imaginado teniendo hijos propios. No soy fan de la procreación indiscriminada. A VECES hago el ejercicio de acordarme del cumpleaños de cada uno de los miembros de mi familia y quiero creer que algún día podré ganar un concurso solo por eso (tengo muuuchos hermanos y sobrinos). ME HA ha pasado con algunas gentes queridas que se mueren cuando yo estoy lejos y no han tenido la cortesía de avisarme. Me gustaría que no volviera a pasar. NO LE he hallado aun el gusto a ser desempleado. NO SOY muy bueno para extrañar. Repito, soy muy distraído y el pasado no me hace demasiadas cosquillas. ME ASUSTé un día que veía "The L Word" y me sentí ligeramente aroused con una de sus múltiples escenas de sexo lésbico. NO RECUERDO haber creído nunca en Santa Claus. SI CREI un tiempo en Dios, he de confesar, pero no sé si coincidió con mi primera comunión. NO LE digan a nadie, pero fui a un encuentro Arcoiris (quien sepa que es eso que se ria con ganas imaginándome en ese trance). PARA quien piense que toda mi vida he sido un cínico: me he enamorado dos veces en lo que va de mi vida (no me atrevería a hacer pronósticos). MIS primeras exploraciones sexuales fueron con mujeres, pero como soy un caballero no mencionaré que compartíamos un apellido. FUI jefe de grupo y miembro de la escolta en la primaria. Ni yo me gusté en ese plan. ME GUSTA quitarme los audífonos cuando viajo en el metro y no hay ningún vendedor atravesándose entre ese ruido y mis oídos... es como un silencio roquero. SOY MUY supersticioso: nunca digo "te quiero" ni lo volveré a hacer.